martes, 9 de marzo de 2010

Pájaros en la cabeza.

No es una ocurrencia tonta, la verdad que que todos en algún momento de nuestra vida hemos pasdo por esto, pájaros en la cabeza... pero en esta ocasión es verdad.

Yendo a la piscina paso por un lugar que fue rica huerta y alquerías, y que ahora está modernizado como parque extenso, en donde aún por construir, entre las vallas muchos pájaros juegan con el viento.

Especies que me suenan de otras ocasiones, gorriones, verdecillos, y otros de los que desconozco el nombre revolotean y me hacen sentir verdaderamente feliz. Pequeños, inquietos y juguetones arman su especial revuelo.

En los lugares más altos, sobre los árboles y en este caso desde mi ventana, algún gilguero he visto y me acuerdo, no lo puedo evitar, de lo que me contaba mi padre sobre los pájaros.

Mi padre de niño, en tiempos de guerra vivió en La Carrasca, una zona de huerta muy hermosa. Él me contaba sus historias de como con una caña intentaba cazar golondrinas. Cosas de niños, de las que ya de mayor decía que no era correcto. Hablaba de los "gabachets" y de los gilgueros de sus cantos, y es que en otras épocas se vivía de otro modo.

Mi felicidad viendo pájaros. Menuda estupidez.

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