Las barcas varadas en la arena aportaban cierto componente espacial en el que de la llanura arenosa surgía como una entidad propia, como una obra de arte o un espacio "especial", un paisaje interior.
Entre ellas jugábamos, hasta que un día, una pareja de la Guardia Civil se acercó al terreno de juego.
Bueno, poco más y nos meten al calabozo, de hecho, por contestar simplemente y de la manera más sencilla posible a las preguntas que nos hacían, nos amenazaron con darnos alguna ostia. Aquello quedó en nada pero en el recuerdo, como en un sueño me veo entre las barquitas riendo con mis amigos.
Al escribir esto me entra congoja, añoranza, y cierta tristeza.
*La imagen está tomada de Internet y viene a expresar ese sentido de no realidad de los sueños. Parece que se trata de una gamela, embarcación tradicional gallega pero que a los efectos, es válida.
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