Se trata de dos cangrejos, el "cangrejo peludo" y el "cangrejo corredor", al que yo conocía con el nombre de "carranc merder" en valenciano, debido a que suele comer desperdicios.
Realmente se trata de el cangrejo peludo, Eriphia verrucosa (Forskal 1775), el de arriba, y el cangrejo coredor, Pachygrapsus marmoratus (Fabricius 1787), el de abajo.
Ambos cangrejos en cuestión tuvieron mucha presencia en mi niñez ya que quizá debido a mi tremenda habilidad para coger todo tipo de bichos, cada vez que iba con mi padre a pescar al puerto, cogía varios de ellos. Cangrejos que alimentaban mi curiosidad, ya que jamás maté a ninguno, sólo los "cazaba" y observaba con la corespondiente puesta en libertad.
Realmente se trata de el cangrejo peludo, Eriphia verrucosa (Forskal 1775), el de arriba, y el cangrejo coredor, Pachygrapsus marmoratus (Fabricius 1787), el de abajo.
Ambos cangrejos en cuestión tuvieron mucha presencia en mi niñez ya que quizá debido a mi tremenda habilidad para coger todo tipo de bichos, cada vez que iba con mi padre a pescar al puerto, cogía varios de ellos. Cangrejos que alimentaban mi curiosidad, ya que jamás maté a ninguno, sólo los "cazaba" y observaba con la corespondiente puesta en libertad.
Hace unas pocas semanas en un paseo por el puerto de Pobla de Farnals, me acerqué al agua y con un rápido movimiento de mano en la dirección adecuada, anticipando el movimiento del cangrejo cogí uno de estos curiosos animales. Se trataba del cangrejo corredor, y he de reconocer que me fascinó de nuevo poder observar de cerca su patas, las pinzas y el brillante caparazón.
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